Roberto Fraga... ¿Lo has vuelto a hacer...?

Si eres un aficionado a los juegos de mesa y puedes presumir de haber jugado a unos cuantos de ellos, seguramente tengas a varios autores a los que les sigues la pista. Muchos de ellos, se caracterizan por una serie de juegos en concreto o por lo menos, de ofrecer una serie de mecánicas en los mismos que habitualmente suelen gustar al público seguidor del autor.

En algunos casos, no siempre es así y como es normal, los autores se suelen salir de la línea en la que nos tienen acostumbrados o para la audiencia, algún trabajo flojea más que otro. Sin embargo, casi siempre hay una frase que se encuentra en el ambiente, Feld lo ha vuelto a hacer. Uwe Rosemberg lo ha vuelto a hacer, Vital Lacerda lo ha vuelto a hacer... En definitiva, autores fetiche para muchos jugadores, entre los cuales yo me incluyo, que disfrutan de un nuevo juego de su diseñador favorito, que guarda suficientes similitudes en cuanto a mecanismos con otros anteriores, para resultar ser del agrado de este público que le sigue.

Sin embargo, yo hoy venía a hablar de un autor al que personalmente, del que nunca he oído una frase de este estilo y donde creo que seguramente, no la oiré jamás, puesto que precisamente para él, volverlo a hacer, es hacer un diseño nuevo, en cierto sentido innovador y que nos deja con un regusto de haber jugado algo nuevo, con sensaciones difíciles de encontrar en otro lado. Estoy hablando de Roberto Fraga.

Roberto Fraga es un autor que desde hace unos cuantos años despertó mi curiosidad y mi admiración y es que cada título que jugaba de él, nunca me dejaba indiferente. Se trata de un diseñador controvertido, que ofrece diseños que raramente vas a encontrar en otros juegos y realmente funcionan. Por mis manos han pasado muchos juegos de Fraga, no todos los que tiene pero si una gran cantidad de ellos como para encontrar un pequeño toque de locura en cada uno de los mismos que nos ha hecho disfrutar a todos como locos. Capitán Sonar es uno de sus juegos mejor valorados, habiendo llegado a estar top 100 en BGG, un juego muy divertido que tampoco desmerece en absoluto a otros juegos del propio autor.

Es difícil encontrar un juego con el que comparar Capitan Sonar, pero así me atrevería a decir unos cuantos que siempre nos han dejado en la mesa a todos los jugadores con una sonrisa en la cara. Diseños divertidos que resultan diferentes y que desde mi punto de vista, consiguen divertir al jugador, que es de lo que se trata esto.

River Dragons, un juego de habilidad en el que te las tendrás que apañar para cruzar el río antes que los demás, Doctor Panic, un party game que incluye un cojín pedorro en el que no podrás partirte de risa mientras tratas de salvar la vida de un paciente haciendo todo tipo de pruebas cada cual más disparatada, la Danza del Huevo o incluso el disparatado Gretchinz! que tantas críticas suscitó.

Ahora tengo en mis manos Princesa Jing, estoy leyendo la trasera de la caja y tengo la sensación de que Roberto... lo ha vuelto a hacer. Tan solo quería dedicar unas líneas a un autor que creo que merece tenerlas y que ha aportado mucho a esta industria del juego de mesa, desde luego, yo no le quito el ojo a todo lo nuevo que nos trae.