En el albor de los tiempos, Alberich forjó el anillo. Wotan, Rey de los Dioses, se lo robó, pero lo perdió a manos de Fafner, el dragón que fue traicionado, pues Sigfrido lo atravesó con su espada. El anillo proporciona poder y riqueza pero también porta una terrible maldición. Durante la partida, los jugadores solicitarán la ayuda de dioses, hombres y bestias, en su lucha por apropiarse del anillo.
En tu turno, tomas un personaje de Midgard (el mazo principal) o de tu mano y luego lo pones en tu Gran Salón. Un Gran Salón puede contener hasta seis personajes. Los héroes y villanos pueden matarse entre ellos o incluso enamorarse, cambiando enormemente la apariencia de los Grandes Salones. Además, cada personaje tiene un valor de "Anillo" que le permite tomar el poderoso Anillo de quien lo esté usando en este momento.
Tener el anillo te permite tomar tesoros. Las cartas de tesoro pueden darte puntos de victoria o, mejor aún, viejos artefactos con poderes increíbles. ¡¡Pero cuidado!! Si la maldición te afecta, perderás un tesoro y uno de tus propios personajes morirá. Sin embargo, puede renunciar al anillo antes de que esto suceda. Al final de la partida, el jugador que haya conseguido la mayor cantidad de puntos de victoria, será el ganador.
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